lunes, 27 de febrero de 2012

La vida es corta. Vívela!

Este finde que estuve fuera recibí una visita de alguien nuevo en este blog. Bienvenida!

Me felicita por haber llegado ya a las verdes praderas de la felicidad ... y la verdad, las únicas praderas desde las que he contemplado el paisaje eran las del valle del Líebana en los picos de Europa!!! (precioso, x cierto).

No, todavía no he completado mi viaje desde los infiernos. Es verdad que voy avanzando, con subidas y bajadas, pero creo que es un viaje que nunca se termina. Hay tanto que aprender! Tanto que hacer con uno mismo!

Coincido con ella que la felicidad no es un derecho adquirido por existir, es algo que debemos ganarnos cada día, al igual que el cariño o el amor de las demás personas. Y es un duro trabajo que se ve recompensado cuando has invertido mucho en él. Pero que se puede ir a la mierda en cuanto dejes de "trabajártelo".

Yo también era de los "protestones" que no hacían nada por mejorar. Es la posición más cómoda, protestar y no asumir las consecuencias de lo que haces ... y de lo que no. Porque el protestar implica que no vas a "molestarte" en hacer algo, excepto la protesta misma. Es una válvula de escape emocional hacia algo que no te gusta. Pero os aseguro que eso no cambia nada de lo que te disgusta. Seguirá persiguiéndote hasta que revientes por algún sitio. Y si el reventón es importante, seguramente tu vida no volverá a ser la misma.

Pero de uno depende aprender (o no) de esa experiencia. Y aprender a hacer las cosas de otra manera. Y aunque nuestra tendencia por naturaleza es a seguir haciendo lo que hemos hecho toda nuestra vida, lo que de verdad te cambia es apretar los dientes, tomar el problema por los cuernos, analizar y cambiar. Buscar los recursos de donde puedas (amigos, familiares, internet, libros, etc), y, teniendo la determinación, tirar pa´lante. No hay otra, o el pasado te enguillirá.

Y en ese camino descubre muchas cosas, pero sobre todo a discernir lo que realmente te gusta de lo que no, y a valorar lo que te gusta, independientemente de si lo tiene como si no. Y a buscarlo. Y a agarrarte a aquello que antes lo dabas por supuesto y ahora ves que vale más que muchos ceros negros en tu cuenta corriente. No estoy hablando de teorías ni buen rollito zen ... son realidades como puños.

Os dejo una copia del manifiesto de Holstee, que resume muy bien todo esto: