Esta otra María lleva más de 2 años rondando por mis alrededores. La conocí ya hace ese tiempo en la ya citada página de contactos, y hemos estado "viéndonos" en ella intermitentemente en ella desde entonces. Por H o por B, nunca nos enganchábamos, la verdad es que siempre terminábamos peleados por alguna tontería de estar intentando conocerte en dicho sitio, en el que la "oferta" es tan extensa, que de tanto bosque, no ves el árbol individual. La ultima vez empezamos a charlar por mayo del año pasado, y la verdad es que, tras otro encontronazo, fuimos capaces de empezar a charlar de forma más natural, contándonos cosas y siendo más naturales. En junio ya empecé a tener más interés por verla, dadas esas conversaciones, y en ese momento me confiesa que ya está saliendo "en serio" con un chico y que lo quiere "intentar de verdad" con él. Bueno, lo acepto como cosas de la vida y le deseo mucha suerte en su nueva andadura.
Pensaba que no volvería a escuchar de ella, cuando me llega un whatsapp en julio donde me cuenta una buena bronca con el chico y que lo quiere dejar. Yo, tonto de mi, le convenzo que lo deje pasar, que se lo piense 24 horas, y que seguramente al día siguiente vería las cosas de otra manera. Y efectivamente, al parecer, eso hizo, porque no volví a escuchar de ella ... hasta fin de agosto. Nueva pelea con el susodicho, tras haber pasado las vacaciones juntos, con los hijos de ambos. De nuevo le digo que tenga paciencia, que todas las parejas tienen sus momentos de dificultades. Y nuevamente parece que la cosa se arregla ... hasta octubre.
En octubre me dice que vuelve a estar sola desde septiembre, que aquella persona le gustaba mucho, pero que su tipo de vida saliendo a diario a beber hasta altas horas no le va, que lo que quería era una persona con la que compartir hogar y cama, a pesar de sentirse muy atraída por el, pero que no era su chico "ideal".
En fin, charlamos bastante durante unas semanas y decidí invitarla a ver una obra de teatro. Nos veíamos por primera vez ... y la verdad es que, sin ser un bellezón, era mona. Pero sobre todo, era ... persona. Normal, del tipo de personas con la que gusta charlar de todo. Que hace fácil que te sientas a gusto. El caso es que después del teatro, nos fuimos a tapear y charlando, charlando, acabamos con una botella de un buen Rivera del Duero. Muchas risas y buen rollo. Afuera llovía a cántaros. Nos salimos porque quería fumar, y entre charla y charla ... me dio un impulso por besarla y me correspondió. De ahí fuimos viéndonos varias veces más, hasta que de pronto, se paró en seco y me dijo que se había presentado el chico anterior, que aun sabiendo que no era el ideal, seguía sintiendo por él, y que quería, tenía que asegurarse que aquello podía ser o no. Y aunque yo me había estado guardando mucho por si las moscas, pues tampoco es que me encantara esa salida, pero bueno, es lo que había.
En estos meses hemos estado charlando intermitentemente por el whatsapp. Lo del chico, evidentemente no funcionó. Pero conmigo, tampoco. Según ella, tengo todo lo que "racionalmente" ella busca en un hombre ... bueno, cariñoso, adulto, sereno, educado, con conversación y cabeza, ... pero no le pongo. No siente las "mariposas" en el estómago. Así que, no hay nada que hacer, por mucho que le digo que el amor y el cariño no es algo que venga con un flechazo, si no que se va obteniendo con el contacto, con el roce, con conocerse poco a poco. Al menos, eso es lo que a mi me ha funcionado hasta la fecha. Nunca en mi vida he sentido el famoso flechazo de Cupido.
En fin, algo he aprendido de esto. Que ya no estoy obsesionado con Guadiana, ya que voy empezando a ver a otra mujer como posible pareja, y que creo que la mayoría de la gente no sabe lo que quiere. Porque definitivamente, no creo en los flechazos. O vosotr@s si?!?
Pensaba que no volvería a escuchar de ella, cuando me llega un whatsapp en julio donde me cuenta una buena bronca con el chico y que lo quiere dejar. Yo, tonto de mi, le convenzo que lo deje pasar, que se lo piense 24 horas, y que seguramente al día siguiente vería las cosas de otra manera. Y efectivamente, al parecer, eso hizo, porque no volví a escuchar de ella ... hasta fin de agosto. Nueva pelea con el susodicho, tras haber pasado las vacaciones juntos, con los hijos de ambos. De nuevo le digo que tenga paciencia, que todas las parejas tienen sus momentos de dificultades. Y nuevamente parece que la cosa se arregla ... hasta octubre.
En octubre me dice que vuelve a estar sola desde septiembre, que aquella persona le gustaba mucho, pero que su tipo de vida saliendo a diario a beber hasta altas horas no le va, que lo que quería era una persona con la que compartir hogar y cama, a pesar de sentirse muy atraída por el, pero que no era su chico "ideal".
En fin, charlamos bastante durante unas semanas y decidí invitarla a ver una obra de teatro. Nos veíamos por primera vez ... y la verdad es que, sin ser un bellezón, era mona. Pero sobre todo, era ... persona. Normal, del tipo de personas con la que gusta charlar de todo. Que hace fácil que te sientas a gusto. El caso es que después del teatro, nos fuimos a tapear y charlando, charlando, acabamos con una botella de un buen Rivera del Duero. Muchas risas y buen rollo. Afuera llovía a cántaros. Nos salimos porque quería fumar, y entre charla y charla ... me dio un impulso por besarla y me correspondió. De ahí fuimos viéndonos varias veces más, hasta que de pronto, se paró en seco y me dijo que se había presentado el chico anterior, que aun sabiendo que no era el ideal, seguía sintiendo por él, y que quería, tenía que asegurarse que aquello podía ser o no. Y aunque yo me había estado guardando mucho por si las moscas, pues tampoco es que me encantara esa salida, pero bueno, es lo que había.
En estos meses hemos estado charlando intermitentemente por el whatsapp. Lo del chico, evidentemente no funcionó. Pero conmigo, tampoco. Según ella, tengo todo lo que "racionalmente" ella busca en un hombre ... bueno, cariñoso, adulto, sereno, educado, con conversación y cabeza, ... pero no le pongo. No siente las "mariposas" en el estómago. Así que, no hay nada que hacer, por mucho que le digo que el amor y el cariño no es algo que venga con un flechazo, si no que se va obteniendo con el contacto, con el roce, con conocerse poco a poco. Al menos, eso es lo que a mi me ha funcionado hasta la fecha. Nunca en mi vida he sentido el famoso flechazo de Cupido.
En fin, algo he aprendido de esto. Que ya no estoy obsesionado con Guadiana, ya que voy empezando a ver a otra mujer como posible pareja, y que creo que la mayoría de la gente no sabe lo que quiere. Porque definitivamente, no creo en los flechazos. O vosotr@s si?!?