El reto está en encontrar a la persona que cambie tu vida, no tu estado civil.
Esta frase resume todo lo que he intentado escribir varias veces, pero por lo visto, no soy capaz de transmitir con mis torpes palabras. Y eso que yo pensaba que podía, por capacidad intelectual, describir lo que me gustaría encontrar. Pues nada, me lo tengo que encontrar escrito para poder verlo sintetizado!
De eso se trata, de encontrar a esa persona especial que te cambie la vida, para bien, se supone. Que su presencia te haga sentir bien, feliz, contento, como yo digo, pleno.
Son sentimientos que, normalmente, sólo sentimos en la fase inicial de enamoramiento, pero que los más afortunados son capaces de hacer perdurar durante los años, hasta, incluso, su vejez. Recuerdo una película romántica norteamericana en la que al final, se mostraban algunas parejas bastante mayores describiendo el secreto de su amor longevo. Y la verdad, es que cualquier persona que tenga un corazón que merezca tal nombre, se derrite ante tal perspectiva.
Para suerte o desgracia, la mayoría de nosotros no sabemos encontrar a esa persona en nuestras vidas. No se si por pereza, desidia, desinterés, desconocimiento, o cualquier otro motivo. No creo que sea tema de mala suerte. Yo creo que la suerte se encuentra caminando el camino, no sentando cómodamente en el sofá de tu casa. Decían los chinos aquello de "camina y el camino aparecerá". O el famoso poema de Antonio Machado, "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar". Resumen ambos mi idea de que en la vida nada te viene a ti, si no que tu debes moverte para cambiar las cosas en tu vida, y que es en ese camino donde todo irá cambiando, puesto que, aunque tu no te muevas, el resto del mundo sí lo hace.
Llevo unos meses desde la ruptura con Guadiana. (Uppsss! He roto mi promesa de que aquel post de "The End" sería el último en que hablaría de ella. Pero bueno, al final, eso ha sido y es parte de mi vida, y por tanto, debo aceptarlo.) En este tiempo he ido recomponiéndome y asumiendo las cosas. He pasado por todas las fases de las pérdidas (asombro, negación, rabia, hundimiento y asunción). Como dijo Kaoki en uno de sus comentarios de entonces, la sensación de mono físico pasaría (y pasó), y las emocionales irían remitiendo con el tiempo. Y también está ocurriendo. Llegué a tener ataques de pánico, algo que hoy me resulta increíble de entender, puesto que yo tenía todo muy bien atado mentalmente. A quien descuidé de atar fueron a mis emociones y sentimientos. Por fiarme de su aseveración de que a la tercera vez habían desaparecido sus temores y ya se había embarcado en la relación. Craso error mío. Que, eso espero al menos, no volveré a cometer. En todos estos meses no ha habido más contactos, se cortó definitivamente, y hace un par de semanas borré de mi móvil ya todos los datos de contacto. Por tanto, supongo que ese habrá sido el momento de aceptación definitivo.
Sabéis por mis posts que en ese momento de mono inicial me apunté a conocer gente. Por aquello de la teoría de que "un clavo saca a otro". Y con los meses me he dado cuenta que me equivoqué. No es así. Lo único que saca un clavo es la voluntad de hacerlo por uno mismo. Es darse tiempo para pasar el duelo. Es aceptar las cosas. Es centrarse de nuevo en uno mismo y las actividades básicas. Empezar a respirar de nuevo. A controlar los ataques de ansiedad. Ocupar tu mente con otras cosas, especialmente con el deporte. Me ha ayudado muchísimo estar apuntado a un gimnasio y hacer natación, spinning, cinta y musculación. He perdido de nuevo bastante peso (una constante en mi vida, el famoso efecto yo-yo de mis subidas y bajadas de peso). He hablado muchísimo por teléfono con personas que me han y siguen queriendo. Y poco a poco, he vuelto a ser yo.
El caso es que al haber conseguido ser yo, he vuelto a tener capacidad de conectar con otras mujeres. He vuelto a quedar, la verdad, con resultados muy modestos, ya que la gran mayoría de veces no hemos pasado de la primera cita. Me recordaba a la parte de la película Notting Hill, donde Hugh Grant parece que va haciendo un casting con distintas chicas y ninguna le encaja. Pero, como he descrito antes, es un tema de perseverar y no desfallecer. Y parece ser que, por casualidades de la vida, y sin quererlo ni buscarlo, parece que, por lo que nos escribimos por email y hablamos por teléfono, he encajado bien con una persona que vive a 1.000 kms de distancia de mi ciudad. Tanto es así, que va a venir a visitarme el último fin de semana de julio. Y sinceramente, estoy por un lado muy expectante, por ver si todo eso se materializa o no, y por el otro, con un temor a que me vuelva a pasar lo de Guadiana, de acabar de nuevo con un fracaso sentimental. La razón me dice que no tiene nada que ver, pero chic@, el corazón me tiene loco entre un quiero y no puedo.
Así que en esas estamos. Ya iremos contando como van las cosas.
PD: gracias a quien se ha puesto en contacto conmigo para preguntar como estoy y los motivos de haber desaparecido. De corazón, gracias. Un abrazo.
Esta frase resume todo lo que he intentado escribir varias veces, pero por lo visto, no soy capaz de transmitir con mis torpes palabras. Y eso que yo pensaba que podía, por capacidad intelectual, describir lo que me gustaría encontrar. Pues nada, me lo tengo que encontrar escrito para poder verlo sintetizado!
De eso se trata, de encontrar a esa persona especial que te cambie la vida, para bien, se supone. Que su presencia te haga sentir bien, feliz, contento, como yo digo, pleno.
Son sentimientos que, normalmente, sólo sentimos en la fase inicial de enamoramiento, pero que los más afortunados son capaces de hacer perdurar durante los años, hasta, incluso, su vejez. Recuerdo una película romántica norteamericana en la que al final, se mostraban algunas parejas bastante mayores describiendo el secreto de su amor longevo. Y la verdad, es que cualquier persona que tenga un corazón que merezca tal nombre, se derrite ante tal perspectiva.
Para suerte o desgracia, la mayoría de nosotros no sabemos encontrar a esa persona en nuestras vidas. No se si por pereza, desidia, desinterés, desconocimiento, o cualquier otro motivo. No creo que sea tema de mala suerte. Yo creo que la suerte se encuentra caminando el camino, no sentando cómodamente en el sofá de tu casa. Decían los chinos aquello de "camina y el camino aparecerá". O el famoso poema de Antonio Machado, "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar". Resumen ambos mi idea de que en la vida nada te viene a ti, si no que tu debes moverte para cambiar las cosas en tu vida, y que es en ese camino donde todo irá cambiando, puesto que, aunque tu no te muevas, el resto del mundo sí lo hace.
Llevo unos meses desde la ruptura con Guadiana. (Uppsss! He roto mi promesa de que aquel post de "The End" sería el último en que hablaría de ella. Pero bueno, al final, eso ha sido y es parte de mi vida, y por tanto, debo aceptarlo.) En este tiempo he ido recomponiéndome y asumiendo las cosas. He pasado por todas las fases de las pérdidas (asombro, negación, rabia, hundimiento y asunción). Como dijo Kaoki en uno de sus comentarios de entonces, la sensación de mono físico pasaría (y pasó), y las emocionales irían remitiendo con el tiempo. Y también está ocurriendo. Llegué a tener ataques de pánico, algo que hoy me resulta increíble de entender, puesto que yo tenía todo muy bien atado mentalmente. A quien descuidé de atar fueron a mis emociones y sentimientos. Por fiarme de su aseveración de que a la tercera vez habían desaparecido sus temores y ya se había embarcado en la relación. Craso error mío. Que, eso espero al menos, no volveré a cometer. En todos estos meses no ha habido más contactos, se cortó definitivamente, y hace un par de semanas borré de mi móvil ya todos los datos de contacto. Por tanto, supongo que ese habrá sido el momento de aceptación definitivo.
Sabéis por mis posts que en ese momento de mono inicial me apunté a conocer gente. Por aquello de la teoría de que "un clavo saca a otro". Y con los meses me he dado cuenta que me equivoqué. No es así. Lo único que saca un clavo es la voluntad de hacerlo por uno mismo. Es darse tiempo para pasar el duelo. Es aceptar las cosas. Es centrarse de nuevo en uno mismo y las actividades básicas. Empezar a respirar de nuevo. A controlar los ataques de ansiedad. Ocupar tu mente con otras cosas, especialmente con el deporte. Me ha ayudado muchísimo estar apuntado a un gimnasio y hacer natación, spinning, cinta y musculación. He perdido de nuevo bastante peso (una constante en mi vida, el famoso efecto yo-yo de mis subidas y bajadas de peso). He hablado muchísimo por teléfono con personas que me han y siguen queriendo. Y poco a poco, he vuelto a ser yo.
El caso es que al haber conseguido ser yo, he vuelto a tener capacidad de conectar con otras mujeres. He vuelto a quedar, la verdad, con resultados muy modestos, ya que la gran mayoría de veces no hemos pasado de la primera cita. Me recordaba a la parte de la película Notting Hill, donde Hugh Grant parece que va haciendo un casting con distintas chicas y ninguna le encaja. Pero, como he descrito antes, es un tema de perseverar y no desfallecer. Y parece ser que, por casualidades de la vida, y sin quererlo ni buscarlo, parece que, por lo que nos escribimos por email y hablamos por teléfono, he encajado bien con una persona que vive a 1.000 kms de distancia de mi ciudad. Tanto es así, que va a venir a visitarme el último fin de semana de julio. Y sinceramente, estoy por un lado muy expectante, por ver si todo eso se materializa o no, y por el otro, con un temor a que me vuelva a pasar lo de Guadiana, de acabar de nuevo con un fracaso sentimental. La razón me dice que no tiene nada que ver, pero chic@, el corazón me tiene loco entre un quiero y no puedo.
Así que en esas estamos. Ya iremos contando como van las cosas.
PD: gracias a quien se ha puesto en contacto conmigo para preguntar como estoy y los motivos de haber desaparecido. De corazón, gracias. Un abrazo.